Ruta en bici costera de Vilanova a Calafell

Pedalear junto al mar desde Vilanova hasta Calafell es un placer sencillo y directo. El carril bici recorre playas infinitas, chiringuitos y paseos marítimos sin tráfico.

Cada tramo tiene su encanto: las palmeras de Cubelles, las barcas en la arena de Cunit y el ambiente animado de Calafell. Todo en un recorrido plano y accesible para cualquier ciclista.

Un plan perfecto para disfrutar del Mediterráneo sobre dos ruedas, con la tranquilidad de saber que siempre podrás volver en tren si lo deseas.

Datos

Mapa interactivo de la ruta

Detalle de la ruta

Comenzar a pedalear en la playa de Ribes Roges, en Vilanova i la Geltrú, es abrirse paso frente al Mediterráneo con el mar como compañero constante. El carril bici nace junto a la escultura de la Pasífae y se estira paralelo a la arena, ofreciendo desde el inicio un recorrido cómodo, plano y seguro.

El camino pronto cruza a Cubelles, donde el paseo marítimo se adorna con palmeras y zonas de descanso frente al mar. Es un tramo ideal para rodar sin prisas, detenerse a contemplar el horizonte o incluso dejar la bici un momento y probar el agua.

Un poco más adelante aparece Cunit, con sus barcas varadas en la arena y ese aire marinero que todavía se respira en el ambiente. Aquí el mar está tan cerca que parece que la rueda delantera podría tocar la espuma si te acercas demasiado.

El recorrido culmina en Calafell, donde el paseo marítimo se abre con terrazas, chiringuitos y el bullicio de una villa costera. Es el lugar perfecto para hacer una pausa, comer con vistas al mar o, si lo prefieres, subir la bici al tren y regresar cómodamente a Vilanova.

Al llegar al final del paseo en Calafell, uno siente que el camino ha pasado demasiado rápido. La brisa salada, el rumor constante de las olas y el desfile de pueblos costeros se quedan grabados en la memoria como una estampa viva del Mediterráneo. Es difícil no detenerse en la arena, dejar la bici a un lado y alargar el momento con un baño o una comida frente al mar.

La ruta es agradecida de principio a fin. Empieza con la amplitud de las playas de Vilanova, sigue con el ambiente familiar de Cubelles, se adentra en la calma de Cunit y culmina en la animación del paseo de Calafell. Cada tramo tiene su propio carácter, y juntos forman un mosaico perfecto para quienes buscan combinar deporte, paisaje y cultura local sin complicaciones.

Lo mejor es que no hace falta ser ciclista experimentado para disfrutarla. El terreno es llano, el recorrido seguro y las opciones para parar son infinitas. Un helado, un chapuzón, una foto en el Delta del Foix… cualquier excusa es buena para saborear la ruta a su ritmo.

Quien la prueba, repite. Y muchos acaban haciendo de este trayecto una especie de ritual, un paseo que nunca cansa porque siempre cambia: la luz, la gente, el mar. Quizá por eso, más que una excursión, esta vía verde litoral es una invitación a vivir la costa del Garraf y el Baix Penedès de la forma más cercana y auténtica posible.

Descubre otras rutas