Las playas de Vilanova i la Geltrú: seis razones para amar el Mediterráneo

Vilanova no tiene una playa. Tiene seis excusas perfectas para quitarte los zapatos y olvidar el reloj. Cada una con su carácter, su gente, su historia y su manera de regalarte el mar. Aquí te las presento, para que elijas la tuya… o para que no elijas ninguna y te las quedes todas.

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Ribes Roges — La más viva, la más nuestra

Amplia, dorada y llena de vida. Ribes Roges es la reina del verano en Vilanova. Si vienes con niños, pareja, amigos o con la idea de no hacer nada, aquí te sentirás en casa. Tiene duchas, redes de vóley, hamacas, acceso adaptado, y los chiringuitos siempre están en modo “verano infinito”.

Justo al borde del paseo marítimo y vigilada por la escultura de Pasífae, esta playa combina historia, cultura y ambiente. Suele recibir la Bandera Azul, y no es casualidad. Es perfecta para quienes buscan algo más que sol y arena: buscan memoria.

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Platja Llarga (Ibersol) — Espacio para respirar

Si odias clavar la sombrilla entre desconocidos y te gusta sentirte libre, esta es tu playa. La más larga del municipio —más de 1,5 km—, abrazada por espigones que la convierten en una piscina gigante, ideal para nadadores tranquilos y familias que necesitan espacio para correr sin pisarse.

Aquí puedes practicar paddle surf, alquilar un hidropedal, leer en paz o echarte una siesta como las de antes. Suele estar menos masificada y es perfecta para desconectar con estilo.

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Platja del Far de Sant Cristòfol — Historia al borde del mar

Esta playa tiene algo especial: te bañas con vistas a un faro del siglo XIX. No hay muchas que puedan decir lo mismo. El entorno es de postal: el faro, el pequeño puerto pesquero, la brisa que huele a salitre y a verano de los de antes.

Es muy querida por la gente local, sobre todo por familias y parejas que quieren una experiencia más tranquila. Suele tener buena calidad de agua y cuenta con todos los servicios básicos. Ideal para los que disfrutan con ese punto romántico, entre nostalgia y descubrimiento.

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Platja de la República — La favorita de los habituales

No es tan grande como otras, pero tiene algo que atrapa. Una especie de complicidad entre los que vienen a diario, como si fuera un club sin membresía. La República es esa playa a la que van quienes no necesitan sorprenderse, porque ya saben que ahí lo tienen todo: buena arena, mar tranquilo, duchas, y un ambiente agradable sin pretensiones.

Muy cómoda si vienes desde el centro y perfecta si solo tienes un rato. No suele haber agobios. Solo ganas de estar.

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Platja de l’Aiguadolç — Libertad con vistas

Pequeña, discreta, sin postureo. Aiguadolç es la playa donde te dejas ser. Tiene cierto aire alternativo, y no lo digo solo por su entorno más salvaje y rocoso, sino por el público que la elige. Aquí viene gente sola, parejas jóvenes, personas del colectivo LGTBI+, amantes del nudismo… y todos conviven con una naturalidad envidiable.

El acceso no es el más cómodo del mundo, pero ahí está parte de su encanto. No es para todos, es para los que no quieren lo de todos.

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Platja de Sant Gervasi — Acogedora y familiar

Es como una cala dentro de la ciudad. Pequeña, íntima y perfecta para familias que buscan calma. Tiene un ambiente relajado, con aguas tranquilas y una distancia corta entre el coche y la toalla. Y eso, si vienes con niños, es media vida.

Suele ser una de las primeras en llenarse porque quienes la descubren… repiten. Es como ese restaurante que no sale en las guías, pero siempre está lleno. Pues eso, pero con sombrilla.

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¿Una playa? No, una paleta de opciones

Cada playa de Vilanova tiene su historia, su gente y su forma de hacerte sentir. Hay días que piden tranquilidad, y otros que te llevan directo al chiringuito. Días de tumbarse a leer, y otros de correr detrás de una pelota en la arena. Sea como sea, aquí hay una playa para ti.

Y eso es lo bonito: que puedes elegir según el día, según el humor, según con quién vengas o con qué sueñes.

Nos vemos en la arena. Tú eliges cuál.