Playa de Ribes Roges
- Ribes Roges: la playa que te arregla el día (y el humor)
- ¿Y a quién le va como anillo al dedo?
- Cosas que puedes hacer (además de tostarte al sol)
- ¿Dónde está exactamente?
- La estatua que no pasa desapercibida
- Premios no le faltan
- Un poco de historia, que nunca viene mal
- Ven, respira y quédate un rato
Ribes Roges: la playa que te arregla el día (y el humor)
Hay playas que se ven bonitas en las fotos. Y luego está la playa de Ribes Roges, que es aún mejor en la vida real. Es ese tipo de sitio que no hace falta venderte con adjetivos rebuscados ni filtros de Instagram. Basta con que pongas un pie en su arena dorada, huelas la brisa marina con ese puntito salado y veas a la gente disfrutando sin prisas. Entonces lo entiendes: has llegado al lugar donde empieza el verano de verdad.
¿Y a quién le va como anillo al dedo?
Pues mira, Ribes Roges no discrimina. Aquí cabe todo el mundo, y eso es lo mejor.
- Si vienes con peques y una bolsa llena de juguetes de playa, te van a sobrar metros de arena para que construyan castillos, túneles o lo que se les ocurra.
- Si eres de los que buscan desconectar del mundo con una cervecita en la mano y los pies enterrados en la arena, también es tu sitio.
- ¿Eres más de postureo suave con hamaca y gafas de sol tamaño XXL? Adelante.
- ¿Vas con tu pareja o estás deseando conocer gente? Este es el lugar. La energía se nota, y siempre hay alguien dispuesto a compartir la sombra de su sombrilla o una partida de palas.
- El colectivo LGTBI+ se siente más que bienvenido. Vilanova entera respira respeto y libertad, y Ribes Roges no es la excepción. Aquí no hay miradas raras, solo gente pasándoselo bien.
Hay quien dice que esta playa tiene un poco de todo y para todos. Y no es un tópico: es que es verdad.
Cosas que puedes hacer (además de tostarte al sol)
Vamos al grano: Ribes Roges está equipada hasta los topes. No es una calita escondida donde tengas que hacer equilibrios para cambiarte bajo la toalla. Aquí hay servicios, y de los buenos:
- Duchas para quitarte la sal, la arena o el drama del día.
- Redes de vóley donde puedes acabar jugando con desconocidos que en dos sets ya son tus colegas.
- Hamacas y sombrillas de alquiler, por si vienes sin ganas de cargar trastos.
- Chiringuitos (sí, en plural) con de todo: desde bocatas bien puestos hasta mojitos que te cambian el humor.
- Puestos de socorristas, por si alguien se despista en el agua o simplemente necesita ayuda.
- Pasarelas y acceso adaptado para que nadie se quede sin disfrutar del mar, tenga la edad o movilidad que tenga.
Y luego está lo intangible, claro. El buen rollo, la calma, los niños corriendo, los abuelos leyendo el diario bajo una gorra, las parejitas haciéndose fotos en la orilla. El ambiente que te hace sentir parte de algo sin que nadie te diga nada.
¿Dónde está exactamente?
Ribes Roges está justo donde tiene que estar: a un paso del centro de Vilanova i la Geltrú y pegadita al precioso Passeig Marítim, uno de esos paseos amplios donde puedes ir andando, en bici, patinete, patines… o simplemente dando vueltas sin rumbo fijo.
Es una playa larga —más de un kilómetro— y ancha, muy ancha. De esas donde puedes montar el campamento familiar sin invadir el espacio del vecino. La arena es fina, suave, y el agua… bueno, el agua es Mediterráneo puro: limpia, clara, tranquila. Perfecta para los que se inician en el mar o para los que se quedan en remojo más tiempo que en la ducha de casa.
Detrás, tienes zonas ajardinadas, palmeras, bancos para sentarte a mirar la vida pasar, y acceso fácil desde cualquier punto. Y si llegas en tren, en 10 minutos andando estás con los pies en la arena.
La estatua que no pasa desapercibida
Una de las cosas que más llama la atención —además del azul del agua— es la escultura de Pasífae. Sí, Pasífae, la de la mitología griega. Está justo al principio de la playa y es imponente. De esas obras que no sabes si te gustan o te dan respeto, pero que te atrapan.
La esculpió Óscar Estruga en los 80, y aunque algunos la han criticado por su contenido "explícito", se ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles de Vilanova. Es arte, es historia, y es parte del paisaje. Y oye, da para una buena foto y una conversación interesante mientras tomas algo.
Premios no le faltan
Esta playa no solo es bonita y funcional. Es oficialmente top.
- Tiene la Bandera Azul, que no se consigue por guapa, sino por cumplir con criterios muy serios de calidad del agua, gestión ambiental, servicios y seguridad.
- Y además, recibe constantemente elogios de visitantes nacionales e internacionales que repiten año tras año. Algunos incluso dicen que es la mejor playa familiar del Garraf. Y no seré yo quien lo discuta.
Un poco de historia, que nunca viene mal
Ribes Roges tiene solera. A principios del siglo XX, ya era un destino de veraneo para familias barcelonesas que querían escapar del bullicio de la ciudad. Gracias al tren, Vilanova empezó a recibir visitantes con ganas de mar, y esta playa era el lugar ideal para montar el toldo, bañarse “por prescripción médica” y tomar el fresco al atardecer.
Con el tiempo, el paseo se urbanizó, los hoteles se multiplicaron y el barrio creció. Pero la playa sigue conservando ese aire de verano eterno, con niños aprendiendo a nadar, abuelos contando historias y parejas estrenando amores de temporada.
Ven, respira y quédate un rato
La Playa de Ribes Roges no tiene grandes pretensiones, y ahí está su magia. No quiere ser una postal perfecta, sino un lugar para vivir el momento. Es de esas playas que, sin darte cuenta, se convierten en parte de tus recuerdos.
Así que ya sabes: trae la crema solar, olvídate del reloj, y deja que el mar te ponga en modo vacaciones.
Y si ya conoces Ribes Roges… sabes de lo que hablo. Y si no la conoces, anímate, te va a encantar.
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